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Las veedurías sobre la gestión de los bosques de Panamá

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Si miras a tu alrededor, ¿cuántas cosas identificas que están hechas de madera o papel?, ¿te has preguntado de dónde proviene esa madera? Existe en el mundo una industria de madera que se abastece de la extracción de árboles del bosque, lo que llamamos aprovechamiento forestal. Esta extracción está regulada por ley y se basa en la premisa de que el bosque, como todo ser vivo, tiene un ciclo de crecimiento y que los árboles maduros mueren dentro del bosque; estos árboles pueden cortarse y eso fomentará la reproducción del bosque y lo hará más fuerte ante eventos climáticos. Esta acción se debe realizar de forma selectiva y con técnicas de impacto reducido, pues sólo preservando un equilibrio del bosque se asegura su conservación y el ecosistema que en él habita.
 

Los bosques son Patrimonio Natural del Estado, es decir, de todas las panameñas y panameños, y la entidad que se encarga de su administración y cuidado es el Ministerio de Ambiente. Por eso, MiAMBIENTE otorga diferentes permisos de aprovechamiento forestal: unos son a personas naturales con fines de subsistencia en fincas de menos de 50 hectáreas, los Permisos de Manejo Simplificado; otros son a comunidades indígenas con Planes de Manejo Comunitario que anualmente deben solicitar permisos de corte, entre otros permisos existentes.

En el 2016, producto de la Mesa Diálogo Forestal, se establece un Programa de veedurías forestales, promovido conjuntamente entre MiAMBIENTE y WWF. La veeduría  forestal es un mecanismo que le permite a las personas, organizaciones comunitarias  y organizaciones de la sociedad civil ejercer vigilancia sobre la gestión forestal de los bosques del Patrimonio Natural del Estado.

En la veeduría forestal se visitan los bosques donde hay permisos de tala aprobados con el fin de  monitorear que esa extracción cumpla los requisitos legales y que se realice con técnicas adecuadas. Panamá ha ido perdiendo sus bosques para dar paso a un modelo de desarrollo basado en actividades productivas como la ganadería, la agroindustria y la urbanización, por eso, la presión sobre los bosques que aún quedan en pie es cada vez mayor. Existen experiencias en otros países donde se realiza el aprovechamiento forestal de manera sostenible permitiendo que las comunidades que dependen de ellos obtengan un sustento económico y que al mismo tiempo se conserve la salud del bosque. En Panamá se han traído estos modelos del exterior y se han adaptado a las leyes locales, pero aún hay camino que recorrer para superar la cultura extractivista que incentiva las actividades agrícolas y ganaderas en detrimento de los bosques.  
 

Este es un tema que requiere personal técnico capacitado, una cultura de respeto al bosque, una institución fuerte y comprometida y consumidores responsables. En PPD creemos que la sociedad civil puede aportar a lograr esto y por eso tenemos dos años apoyando el programa de veedurías. Consideramos ideal que más organizaciones de la sociedad civil se interesen por estos temas que requieren reflexión, compromiso,  acciones concretas y transparencia, hacia una sociedad que valore los bosques y los servicios que estos nos brindan.