Estrategia 2020-2023
El PPD trabaja a través de fases operacionales con una duración aproximada de 4 años cada una, con un Comité Directivo Nacional responsable de aprobar los proyectos. En 2020 comenzó la fase operacional 7 para la cual se desarrolló una nueva estrategia nacional que se propone impulsar iniciativas comunitarias innovadoras, inclusivas y de gran repercusión que contribuyan a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad para mejorar condiciones de vida de las comunidades.
¿Dónde trabaja el PPD?
Desde el 2016 el PPD trabaja con un enfoque de paisaje productivo. Los paisajes seleccionados para trabajar durante 2020-2023 son tres: Darién; Parque Internacional La Amistad (PILA)-Vertiente Caribe; sur de la Península de Azuero, cubriendo un estimado de 816,544 hectáreas. Todos los proyectos que se financien en esta fase deberán pertenecer a al menos uno de estos paisajes.
El enfoque de paisajes desarrollado por el PPD orienta sus esfuerzos hacia áreas geográficas terrestres o marinas relevantes por sus ecosistemas y la presencia de altos niveles de biodiversidad, con el fin de crear sinergias y lograr mayores impactos medibles. Este enfoque está asociado a conectar espacios naturales o transformados, que aún guardan ciertas características originales, contribuyendo a mantener los ciclos naturales a través de prácticas productivas sostenibles y el apoyo al desarrollo comunitario.
Menú de iniciativas que financia el PPD
- Conservación comunitaria de los ecosistemas y especies en peligro: Se financiarán iniciativas con participación de la comunidad en el manejo de la biodiversidad para evitar el deterioro de los ecosistemas en buen estado de conservación y promover cambios culturales que generen conciencia ambiental y mejoren la calidad de vida de las personas. Estas iniciativas pueden ser:
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Gobernanza compartida y manejo comunitario de bosques, áreas protegidas y Otras Medidas Efectivas de Conservación-OMEC (reservas privadas, áreas indígenas para conservación, mapeo participativo de territorios).
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Actividades productivas sostenibles (turismo comunitario, agroforestería, agricultura orgánica, huertos domiciliarios, ganadería sostenible).
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Gestión integrada de recursos hídricos (conservación de fuentes de agua, manejo de microcuencas, gobernanza compartida del agua, innovaciones tecnológicas).
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Conservación de especies amenazadas (águila harpía, jaguar, tortugas, manatíes, ballenas, guacamaya, perico carato).
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Manejo marino-costero (manglares, pesca sostenible, conservación de arrecifes y especies marinas).
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Productos basados en la naturaleza (producción artesanal de jabones, máscaras, desinfectantes y otros suministros de higiene).
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Rescate de conocimientos tradicionales (prácticas y semillas ancestrales, uso de plantas medicinales, recopilación de conocimientos relacionados con la salud y la respuesta de las comunidades ante pandemias).
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- Beneficios secundarios del acceso a una fuente de energía baja en carbono: se apoyarán iniciativas que ayuden a las comunidades a hacer un uso más eficiente de la energía y promover tecnologías limpias tanto para la producción como para los hogares.
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Energía solar/eólica/hidroeléctrica a pequeña escala que permitan el mejoramiento de infraestructuras comunitarias, incluyendo infraestructuras sanitarias y educativas.
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Biodigestores que permitan generar energía a partir de la descomposición de materia orgánica resultante de actividades agropecuarias.
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Estufas ecológicas que permita un uso más eficiente de la leña y mejora la calidad de aire dentro de las viviendas.
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- Coaliciones de nivel local a nivel mundial para la gestión de productos químicos y de desechos: esta línea de trabajo abarca buenas prácticas de gestión de desechos sólidos y el fomento de iniciativas de economía circular en los paisajes.
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Manejo de desechos sólidos (reciclaje y basura marina).
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Manejo adecuado de químicos en la producción agrícola.
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Manejo de desechos médicos, especialmente plásticos.
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Iniciativas transversales
- Foros de diálogo entre Organizaciones de la Sociedad Civil, gobierno y sector privado para las políticas y la planificación: se propiciará la creación y el fortalecimiento de mesas de diálogo y redes entre organizaciones de base socias del PPD, autoridades gubernamentales y otras organizaciones identificadas en territorio, para aumentar la incidencia de la sociedad civil en procesos de construcción de política pública, potenciando o complementando las iniciativas que existan a nivel territorial.
- Plataformas de diálogo en apoyo a estructuras gubernamentales con participación de la sociedad civil: Comités de Cuencas, veedurías forestales, manejo compartido de Áreas Protegidas, Comisiones Consultivas Ambientales, entre otras.
- Mesas temáticas sobre buen manejo ambiental comunitario, incluyendo prácticas de recuperación verde y construcción de fondos comunitarios para afrontar las crisis.
- Fortalecimiento de capacidades para planificación de proyectos, monitoreo participativo, participación de pueblos indígenas y estructuras participativas de gobernanza del territorio.
- Fomento de la inclusión social: el PPD trabaja fortaleciendo la participación de grupos generalmente excluidos, como lo son los pueblos indígenas, las mujeres, las personas con discapacidad y la juventud. Se fomentará su empoderamiento en todos los proyectos ejecutados y se financiarán iniciativas que impulsen la incidencia de estos grupos sobre el territorio, en un marco de respeto a cada pueblo.
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Empoderamiento de la mujer.
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Involucramiento de la juventud: incorporar su perspectiva y liderazgo en la elaboración de proyectos.
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Inclusión de personas con discapacidad: apoyar proyectos ejecutados por personas con discapacidades y dirigidos a ellas.
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Participación de pueblos indígenas: fortalecimiento de gobernanza tradicional y prácticas productivas y culturales ancestrales.
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Toda propuesta de proyecto con pueblos indígenas, dentro y fuera de las comarcas, debe seguir los procedimiento estándares socio ambientales del PNUD, incorporando un diagnóstico social y ambiental y mapa de actores, al mismo tiempo que debe respetar el mecanismo de Consulta previa, libre e informada para Pueblos Indígenas y contar con el aval de las autoridades tradicionales a nivel comunitario.
- Gestión del conocimiento: es una prioridad para el PPD establecer espacios para el intercambio horizontal de saberes que promueva las mejores prácticas locales, fortaleciendo la autogestión de proyectos y fomentando la replicación de iniciativas.
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Intercambios y ferias de proyectos.
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Uso de plataformas de comunicación locales como la radio comunitaria y canales de difusión alternativos.
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Producción de documentos ágiles y fáciles sobre gestión ambiental comunitaria (por ejemplo, manuales How-to).
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Sistematización de buenas prácticas a través de la creación de una biblioteca digital.
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Intercambio de experiencias Sur-Sur.
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