Este boletín lo dedicaremos al senderismo. Desde que formamos asentamientos humanos, nos hemos olvidado lo importante que es para nuestra especie el acto de caminar. Los senderos nos ayudan a reencontrar nuestros orígenes milenarios de recorrer las tierras, compartir con otros seres vivos y es vital para que los humanos reconozcamos la fragilidad y belleza de la naturaleza para entonces conservarla.

La existencia de senderos creados para recorrer la naturaleza da cuenta de que el bosque tiene una dimensión que no es económica sino afectiva y espiritual. Es allí donde los senderos se convierten en una herramienta de conservación: en la medida que los habitantes generen una conexión afectiva con el bosque entonces permitirá que se conserven los bosques en pie. Si bien los senderos son un foco de atracción para visitantes que traen ingresos a las comunidades locales a partir del turismo, son importantes sobre todo para aquellas comunidades que habitan en el bosque y lo sienten propio. Los senderos prueban que los bosques no son sólo un lugar de escape para visitantes de la ciudad sino que se convierten en herramientas fundamentales para las comunidades locales que los resguardan para poder defenderlos, disfrutarlos y apropiárselos. Sólo si cada comunidad da valor a sus bosques desde lo afectivo entonces se podrán conservar.

“Los senderos nos permiten conocer los lugares hermosos del mundo natural. Si no los visitamos ni nos enamoramos de ellos, nunca tendremos la pasión para defenderlos.” Rob Getman de la Fundación Caminando Panamá.
 

Foto: "Trecking" por MMMpictures licencia cc 2.0.