Certificación de productos orgánicos
¿Cómo garantizamos entonces que los productos que sembramos y consumimos respondan a buenas prácticas agrícolas? Esta práctica es la agricultura orgánica y existen formas de certificar que los productos han sido producidos bajo estas técnicas: a través del “sello orgánico”. Para el productor, esto implica volver a formas de producción que respetan la tierra, la importancia de suelos saludables y la diversidad de cultivos y, para el consumidor, le garantiza que aquello que está comiendo sea libre de químicos, que todos los insumos utilizados sean naturales, que se han utilizado variedades de semillas localmente adaptadas (no genéticamente modificadas) y que se está produciendo ecológica y sosteniblemente.
En Panamá, el movimiento orgánico comenzó hace 25 años y, hoy en día, hay más de 7.000 hectáreas bajo producción orgánica y alrededor de 1.000 productores certificados en las provincias de Chiriquí, Herrera, Veraguas, Bocas del Toro e incorporándose Coclé, con más de 60 productos disponibles en el mercado nacional. Panamá ha sido pionero en la región al crear una certificación pública a través del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, ACERT, para certificar productos orgánicos y ser comercializados a nivel nacional. También se puede optar por certificaciones internacionales que son un poco más costosas pero que certifican a organizaciones, mientras que la pública sólo certifica a productores individuales, por el momento. Los requerimientos para realizar una certificación son rígidos y requieren auditorías de las fincas, pero es valioso a la hora de comercializar el producto a nivel nacional o internacional y garantiza al consumidor una buena práctica detrás del producto en sus manos.
* El logo que presentamos en esta sección es solamente un referente tomado de la web, no es en sí mismo un ícono de certificación en Panamá.